Hace tiempo leí un artículo con esta imagen, el nuevo fusil de asalto para los "cristianos", pensé "wuao!!! ya no hayan que inventar", ademas de lo novedoso del equipo tiene un selector cerca del gatillo donde se puede leer grabado las palabras "Dios hará", "Guerra" y "Paz", en la inscripción se traduce este versículo Bíblico:
"Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla,
Y mis dedos para la guerra;"
Salmos 144:1.
¿Pero es acaso nuestra batalla física? ¿Estamos en una guerra donde ese tipo de armas son útiles?
Hacer uso de un versículo de la Biblia sin considerar los aspectos históricos, sin considerar la realidad neo testamentaria de lo enseñado por Jesucristo, es dañino y corrompe la maravillosa obra de reconciliación, de gracia y de amor que el Padre Eterno ha mostrado a la humanidad para este tiempo.
Si bien es cierto que, a lo largo y ancho de la historia del antiguo testamento vemos las más crueles y devastadoras batallas, donde leemos de un Dios que se presenta como "Jehová de los ejércitos", un Dios que dice "vayan a la batalla que yo voy delante de ustedes" como dando su aprobación, también entendemos por fe que a partir de Jesucristo esa historia queda en el pasado, quedan abolidas esas guerras sangrientas con caballos y guerreros, en ese momento histórico del antiguo testamento, Israel y las naciones de la época, libraron batallas para conquistar, para vengarse, para obtener libertad o para resistir a los invasores, parecían inevitables y quizás hasta necesarias.
La actualidad no difiere mucho de la historia en cuanto a las guerras, pero bien lo dice Santiago en su carta:
"¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? Si ustedes desean algo,
y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia
y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan..."
Santiago 4:1-2.
Ciertamente hoy tenemos tantas guerras como en el pasado, sin embargo para los cristianos, para los auténticos hijos del Padre Celestial, no corresponde hacer uso de un fusil para defendernos, esta fuera de todo principio Bíblico la práctica de la guerra, estamos llamados a la paz siempre y en todo momento,
"Apártense del mal y practiquen el bien; busquen la paz,
y no la abandonen".
Salmos 34:14.
Para este tiempo donde la gracia, el amor y la misericordia del Padre se ha manifestado de manera contundente a través del sacrificio de Jesucristo, la paz debe ser el común denominador de aquellos que nos consideramos cristianos, las batallas que nos toquen librar no tienen nada que ver con las que libro Josué para conquistar tierras o David para defenderse de sus enemigos, no son en el sentido literal las relatadas.
La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!
Efesios 6:12
En la enseñanzas neo testamentaria leemos comparaciones que se hacen tomando como referencia los elementos de una batalla, espadas, escudos, guerreros, enemigos, estrategias, cascos, valentía, lucha, entre otros, pero solo son utilizados en aspectos meramente espiritual, no pueden, ni deben ser tomados de manera literal, hasta el punto de pretender hacer un "armamento santo", por darle un nombre.
Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes. Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad,revestidos con la coraza de justicia,
y con los pies calzados con la disposición de predicar el evangelio de la paz.
Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar
todas las flechas incendiarias del maligno. Cúbranse con el casco de la salvación,
y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Efesios 6:13-17
En el versículo entendemos claramente que cada elemento en la armadura tiene un significado espiritual, nuestra sujeción al Padre y esa madurez en el espíritu es el que nos va a llenar de fortaleza, de valor, de sabiduría para revestirnos de esa armadura y resistir en el día de la dificultad o cuando lleguen los momentos de tentación, y ciertamente como dice el salmo 144 "el Señor es mi roca y adiestra mis manos para la batalla", pero esta batalla es espiritual y ya de antemano la tenemos ganada si depositamos toda nuestra fe y confianza en Jesucristo, si ponemos todas nuestras fuerzas y determinación en seguirlo hasta el fin de los tiempos.
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