No cabe dudas que "La Muerte" es lo
más desesperanzador que existe en nuestras vidas, trae consigo una profunda
tristeza, un profundo dolor , que ocasiones se prolonga en el tiempo, lo peor de todo es que la muerte es un hecho inevitable (viéndolo de manera natural), sin embargo causa
curiosidad la visión tan distinta que tiene nuestro Padre Eterno y sobre ese
punto en particular, a través del Apóstol Pablo nos deja esta enseñanza,
“Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han
muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza.
¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó?
Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con Él” 1
Tesalonicenses 4:13-14.
La tristeza a la que
hace referencia el Apóstol Pablo en esta carta, no se trata de esa tristeza y
ese dolor que natural y humanamente sentimos por causa de la muerte de un
familiar o amigo, si no la desesperanzadora tristeza que ocasiona el no creer y entender que
Jesucristo ha resucitado para darnos vida en abundancia en la tierra y una gloriosa vida eterna más allá de este
plano natural que conocemos.
"Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús,
coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia
de Dios probara la muerte por todos" Hebreos 2:9.
Jesús se permitió atravesar una de las muertes mas crueles en lo físico y también en lo espiritual, puesto que se hizo maldición en una cruz, y se atrevió a probar la muerte de la peor manera, para otorgarnos la salvación y la vida eterna, para reconciliarnos con el Padre Eterno, para que, aunque veamos el fin de nuestros días lo hagamos con el gozo de la esperanza otorgada una vez y para siempre, en ese profundo de acto amor, sacrificio.
La muerte para los que conservamos esta fe inquebrantable, solo es un vehículo que nos
llevará a la verdadera vida diseñada para la humanidad.
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